GRECIA
La escritura
Origen del Lineal A
La escritura lineal A (calificada "lineal" porque el trazado de los signos pudo parecer menos "dibujado", menos "realista" que el de los jeroglíficos cretenses) aparece sin duda ya hacia el siglo XVIII antes de Cristo y se utiliza durante el período de los segundos palacios cretenses, de 1625 a 1450 aproximadamente.
Tablilla de Hagia Triada

Esta (figura de la derecha) es una de las ciento cincuenta tablillas de Hagia Triada. Se trata de una cuenta de trigo: el ideograma 120, precedido del nombre del proveedor (o del beneficiario) está seguido por cifras que van de 20 a 74.

Sir Arthur Evans distinguió tres tipos de escritura usados en Creta durante la Edad del Bronce. Una de ellas es la Lineal B, otra es la pictográfica cretense y otra es la Lineal A.
El número de inscripciones conocidas en Lineal A es relativamente pequeño en comparación con las existentes en Lineal B.
Más aún, una comparación basada en el número de signos en vez de en el de documentos, aumenta esa desproporción porque muchos documentos en Lineal A están mal preservados o son muy breves.
La escritura: el Lineal B. Una de las cosas más importantes que los aqueos "tomaron prestada" de los cretenses fue el sistema de escritura. Se encontraron muchos ejemplos de un tipo de escritura a la que se llamó "lineal B" tanto en Knossos, como en Pilos, Micenas y Tebas. Cuando se consiguió descifrarlo se dedujo que Knossos había sido gobernado por los aqueos desde 1450 y que éstos debían haber adaptado la escritura cretense (lineal A, todavía sin descifrar) a su propia lengua, dando así origen al Lineal B.


Todos estos objetos provienen de Knossos:
1.- Etiqueta de arcilla escrita en jeroglíficos cretenses (antecesores del Lineal A).
2.- Tablilla de arcilla con inscripción en Lineal A (que no ha podido ser descifrado todavía).
3.- Tablilla escrita en lineal B.


Jarra micénica con inscripción en Lineal B.

Los textos escritos en lineal B son documentos administrativos o inventarios, pero aportan nuevos conocimientos sobre la vida de los micénicos. Los centros micénicos eran fortificaciones con un papel administrativo, y no auténticas ciudades como las cretenses. La mayor parte de la población vivía en caseríos desperdigados, trabajando tierras comunales o la tierra perteneciente a los nobles o los reyes. Los nobles estaban sometidos al control de los reyes, que encargaban a innumerables escribas la redacción de registros sobre todas las transacciones. Gracias a ello sabemos que se hacían pagos en grano o en vino y que se cobraban los impuestos en especie. La principal fuente de entradas era el aceite de oliva, el producto más comercializado entre los muchos con que traficaban los micénicos, y que estaba sometido al monopolio real

 
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